miércoles, 2 de septiembre de 2009

Laboratorio

Barcelona, agosto 2009

El laboratorio ha echado la persiana. No sabemos por cuanto tiempo. No sabemos si son vacaciones, si es por defunción o temporalmente, por los avatares de la crisis o las nuevas tecnologías o de todo un poco. Parece que de nada le sirvió adaptarse tímidamente a los tiempos y disimular una o, en aras de la normalización ligüistica y esas cosas.

Yo echaré de menos aquellas tardes a oscuras, contando los segundos y dejando pasar las horas. Charlando a solas con la radio, con los tertulianos, con los entrevistados, con las noticias. Qué cabreos. Hay que repetir. Que ilusiones. Esta para un museo.

No podría decir si las fotografías cambiaron mi vida, pero sí que La Fotografía ha configurado mi manera de verla.

2 comentarios:

Anita la de Palamós dijo...

Olvidas los martes. Esas tardes de martes...
Quizá vuelvan, quien sabe, quizá no.
A mí fueron los martes los que cambiaron mi manera de verla. La fotografía, digo.

Javier Vila dijo...

Siempre nos quedará París...