martes, 27 de octubre de 2015

¿Por qué me mira?

 Madrid, octubre 2015

Yo me había fijado en el cartel que decía "Santander", la ciudad de la que soy. Y daba la casualidad que me alojaba en el Hotel Santander esos días. Estaba viejo. Me acordé al verlo del benefactor del Santander, que no parecía viejo, pero estaba muerto. Y mientras pasaba, él me seguía fijamente con la mirada. Yo no había venido por él. Todavía le quedaba tiempo de espera. Cuando al fin lo dejé atras pude volverme y observarlo. Peinaba canas.

  Madrid, octubre 2015


lunes, 19 de octubre de 2015

Luz de Faro

 Faro de Palamós, septiembre 2015

¿por qué buscamos los faros, incluso a plena luz del día? ¿por qué se congrega la gente en los faros al atardecer? ¿por qué esa necesidad de mirar al horizonte en el punto y el momento en que se pone el sol? Y no pretendo hacer la entradilla de un programa de cuarto milenio, sólo reflexiono en voz alta sobre algo que me pregunto siempre que me encuentro yo mismo en esa situación: mirando al horizonte ensimiesmado, desde lo alto de un faro, el momento en que el sol se oculta por poniente... misterios sin resolver. Tal vez preguntas que no tienen respuesta o respuestas que buscamos en el lugar equivocado. El sueño de perseguir el sol, de viajar ininterrumpidamente hacia poniente, hacia el eterno verano, cuando el otoño nos avisa inexorable de que el tunel se acerca y que esta semana cambiarán la hora.

  Faro de Palamós, septiembre 2015
 Faro de Palamós, septiembre 2015

viernes, 16 de octubre de 2015

Sol de otoño

 Peratallada, septiembre 2015

El sol de otoño es tímido, huidizo, pero también cabezón. Se empeña en recordarnos el tiempo que se fue y tardará en volver. El otro sol que nos dejó colgados, como la ropa húmeda por el rocio de la mañana olvidada en el tendal.

Peratallada, septiembre 2015

jueves, 8 de octubre de 2015

Damas de Mercadillo, III

 Palamós, septiembre 2015
Se visten con ropa fina y ajustada, para pobrar encima los modelitos que vayan a mercar. Pero se hacen acompañar de maromo o amiga, para espantar a los moscones. Esa escopeta añadida les permite moverse coquetas y descaradas por entre las prendas colgantes, cual amazona en el bosque. Son la fruta prohibida de finales de temporada.

 Palamós, septiembre 2015

miércoles, 7 de octubre de 2015

Damas de Mercadillo, II

Palamos, septiembre 2015

 Se visten con sus mejores galas para buscar complementos a juego. Quiero marcas, no me des morralla. Y esto? este género no es de calidad, dicen, tirando despectivamente al montón la presa que no está a su alcance. Buscan un regateo esquivo a tiempos de crisis. Tientan, se van y vuelven. No, definitivamente no era lo que buscaba. Y encuentran consuelo en una prenda que realce su figura y remarque sus formas. Brillan con luz propia.

 
 Palamós, septiembre 2015


martes, 6 de octubre de 2015

Damas de Mercadillo, I

 Palafrugell, septiembre 2015

Cuando paseo por los mercadillos me pongo en tensión. Algo que tiene que ver con llevar una cámara en la mano y sufrir la ansiedad de encontrar oportunidades entre la multitud. Yo no busco ofertas, ni gangas, busco calidad a un coste razonable. paseo entre la multitud y cuando veo algo que incorporar a mi colección me aproximo, pero con disimulo, como si no fuera aquello el objeto de mi interés, porque siempre hay gente dispuesta a cazar lo que otro ansía, tan sólo por el gesto gregario de atrapar lo que los demás quieren o tienen. Nunca se sabe...

 Palafrugell, septiembre 2015

domingo, 4 de octubre de 2015

Fin de temporada

 Palamós, septiembre 2015

Se acaba septiembre y ya sólo quedan unos cuantos turistas tardíos. Ya es gratis aparcar en el paseo y en las playas. Muchos de los restaurantes sólo abren los fines de semana. Y otros están ya con las contraventanas para el invierno. Un sol persistente anuncia un otoño limpio y ventoso, con alguna que otra tormenta rabiosa de poniente. Los extranjeros que tienen propiedades aprovechan para los arreglos y preparativos para invernar. Y los que ya se van para tomar la última ración de bronceado, que les durará lo mismo que la sonrisa cuando aterricen en su querida tierra fria y gris. Pero el Mediterraneo se va a quedar una año más a pasar el invierno. Y yo iré a verle siempre que pueda.

 Palamós, septiembre 2015

viernes, 2 de octubre de 2015

Te amor, te odio

Palamós, septiembre 2015

No se me ocurre qué le lleva a alguien a encaramarse a la tapia de un faro para dejar esta enigmatíca pintada cuyo mensaje es para mi un enigma irresoluble. Y no lo digo por el odio, que posiblemente lo escribió tiempo después él mismo o su pareja. Con las mismas mayúsculas con las que primero amó. Lo que me descoloca es el 24 y el corazón. Quzás hacía tan sólo 24 horas que se conocían. Quizás era algo puramente de corazón, sin cabeza y tal vez si el resto del cuerpo. Quizás fué un atardecer como este y bajaron después por esta misma escalera que bajamos nosotros...