Puerto de Güimar, marzo 2013
Hay señales que resultan redundantes. Y nunca se sabe si están puestas por inoperancia del obrero o por la picaresca del contratista. O, sencillamente, por la prevaricación del político de turno.
Puerto de Güimar, marzo 2013
La paradoja es que muchas veces negamos la evidencia. Y lejos de reconocer que es imposible ir más allá, queremos que quede claro que si no lo hacemos es porque no nos dejan. Es lo que tiene la soberbia...