lunes, 18 de abril de 2016

Basura Urbana

©Javier Vila, Madrid, marzo 2016

 Hace no mucho se despertó una polémica tremenda contra un fotoperiodista que publicó en el New York Times unas fotos de personas recogiendo comida de contenedores de basura. El escándalo era que un fotógrafo español reflejara esa realidad, que según el parecer del gobierno en funciones no era fiel a la realidad española. Pero ¿cual es la realidad española? ¿acaso la que refleja la marca España? ¿o la que pregonan las detenciones diarias de corruptos y defraudadores?. Mi pregunta va un poco más allá: ¿Qué es basura?

©Javier Vila, Madrid, marzo 2016

miércoles, 13 de abril de 2016

Cuestiones sobre la capacidad de raciocinio

©Javier Vila, Rastro de Madrid, marzo 2016

Hay misterios de la vida humana que tienen muy dificil respuesta. Pareciera a simple vista que lo único que nos distingue de los animales es la capacidad de raciocinio. Pero es dificil pensar en un animal cuya capacidad de supervivencia se vea lastrada por la cantidad de cosas que acumula a lo largo de su vida y de las que le resulta imposible desprenderse. Y cuando uno lo hace (casi siempre contra su voluntad: por expropiación forzosa o muerte), los otros corren raudos y ansiosos a apropiarse de ello por los métodos que fueren. El ser humano, tal como lo conocemos, no es mas que una especie compuesta por individuos en los que el ansia de poseer supedita su capacidad de raciocinio. ¿Se puede mantener entonces que es una especie "inteligente"?

©Javier Vila, Rastro de Madrid, marzo 2016

jueves, 7 de abril de 2016

Regatear en Fotografía

 ©Javier Vila, Rastro de Madrid, marzo 2016

Entre las diversas acepciones del regateo hay dos que conectan directamente con la actividad fotográfica de la caza matutina de tipos y situaciones. Una es el espurgue y la búsqueda de la ganga, con la intención de pillarla al mejor precio, a poder ser de gratis, por la cara. La otra es el dribling, el movimiento en eses por el terreno de juego esquivando la confrontación directa y, por supuesto, la lesión. La búsqueda del hueco, la visión global de la jugada, el posicionamiento en el terreno de juego y la culminación de la acción en la toma fotográfica. Viéndoles parece sencillo, pero ellos juegan en casa y el "visitante" soy yo.

  ©Javier Vila, Rastro de Madrid, marzo 2016

  ©Javier Vila, Rastro de Madrid, marzo 2016
 ©Javier Vila, Rastro de Madrid, marzo 2016

 ©Javier Vila, Rastro de Madrid, marzo 2016

miércoles, 6 de abril de 2016

Fotografiar con los oidos abiertos

©Javier Vila, Madrid, marzo 2016

Cuando uno fotografía en la "actitud del cazador", como dice el gran fotógrafo documental Joan Guerrero (La Caja de Cerillas, de David Airob), se llevan todos los sentidos atentos a la menor señal que anticipe una imagen digna de ser captada. Casi siempre el el "rabillo del ojo" el que capta las mejores señales. Pero cuando es el oído las historias suelen tener tanto peso que la foto no les hace justicia. Es como cuando ves una película después de haber leído el libro. Porque, como dice Alec Soth, la fotografía no es buena para contar historias, sólo sirve para sugerirlas. En este caso ni eso. La chica repetía lo que parecía un mantra que al chico ya le tenía cansado: "¿pero de verdad que estoy mona?. Que sí... Es que mi padre esta mañana me ha dicho que esta cadena parece la del bater". Por supuesto que me tengo que girar. Y por descontado que tengo que hacer esa foto. Aunque sea mala. Cómo me van a creer esta historia sino...

martes, 5 de abril de 2016

Libros de ocasión

©Javier Vila, Rastro, Madrid, marzo 2016

Cuando yo era un adolescente los libros eran caros. Acudíamos al biblobus a que nos los prestaran cada viernes a primera hora de la tarde en cuatro caminos. Luego, cuando había muchas ganas de tener uno para siempre, ahorrábamos de la paga. Ahora los libros no valen nada. Tienen precio, si, pero no se les confiere valor. Dicen que en España se publican muchos y se leen pocos. No se. El otro día en Barcelon, frente a una librería del Barrio de Gracia, el librero había dejado unos ejemplares de aquellas novelas clásicas que editaba Salvat y que muchos teníamos en el mueble bar de la casa de nuestros padres en el barrio de nuestra infancia (y que algunos incluso leímos), con un cartel que decía "pos agafar algú" o algo por el estilo. Pero allí estaban, nadie les emportaba... Un amigo librero de "ocasión" ha llegado a venderlos al peso, a tanto el kilo, como las patatas viejas. Ya ni la palabra "libros" se sostiene en las marquesinas de los negocios. Sólo permanece la "ocasión", cosas de la edad.