Palamós, septiembre 2015
Se acaba septiembre y ya sólo quedan unos cuantos turistas tardíos. Ya es gratis aparcar en el paseo y en las playas. Muchos de los restaurantes sólo abren los fines de semana. Y otros están ya con las contraventanas para el invierno. Un sol persistente anuncia un otoño limpio y ventoso, con alguna que otra tormenta rabiosa de poniente. Los extranjeros que tienen propiedades aprovechan para los arreglos y preparativos para invernar. Y los que ya se van para tomar la última ración de bronceado, que les durará lo mismo que la sonrisa cuando aterricen en su querida tierra fria y gris. Pero el Mediterraneo se va a quedar una año más a pasar el invierno. Y yo iré a verle siempre que pueda.
Palamós, septiembre 2015
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