viernes, 2 de octubre de 2015

Te amor, te odio

Palamós, septiembre 2015

No se me ocurre qué le lleva a alguien a encaramarse a la tapia de un faro para dejar esta enigmatíca pintada cuyo mensaje es para mi un enigma irresoluble. Y no lo digo por el odio, que posiblemente lo escribió tiempo después él mismo o su pareja. Con las mismas mayúsculas con las que primero amó. Lo que me descoloca es el 24 y el corazón. Quzás hacía tan sólo 24 horas que se conocían. Quizás era algo puramente de corazón, sin cabeza y tal vez si el resto del cuerpo. Quizás fué un atardecer como este y bajaron después por esta misma escalera que bajamos nosotros...

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