domingo, 23 de mayo de 2010

El cielo puede esperar y III

Madrid, mayo 2010

Pudiera haber sido un tríptico, pero se ha convertido en una trilogía. Al final quería decir lo mismo, pero con matices. Que yo pasaba por ahí y esto es lo que vi. Y me gustó. Yo también la gusté a esa chica y me guiñó un ojo. Que dices, que era porque la molestaba el sol. Pero cuanta envidia que me tenéis. Ya, ahora resulta que es que era china. Pues eso, que me quedo otro rato, hasta que me llamen que tengo que ir para allá y me largue.


1 comentario:

Fernando dijo...

¡Ya te vale!, y una calle paralela en dirección Puerta del Sol podías haber encontrado muchas más que te guiñaran un ojo.

Y cruzando Gran Vía, en lugar de ellas, serían ellos.

Y sin la ayuda del sol