lunes, 10 de noviembre de 2014

Barceloneta

Barcelona, octubre 2014

Yo lo llamaría "señales de alarma". Y no me refiero al 9-N, ni a la renuncia de Colita al premio nacional de fotografía. Me refiero a la pérdida de identidad. Que un banquero ráncio y apegado a la caspa adopte el rojo como color de marketing es comparable a que la barratina se use en carnaval. Pero que la Barceloneta se convierta en barrio pijo y cool para turistas yankis que hacen botellón de diseño, o su playa, otrora templo de la fritanga y el calorro, ahora sea una lounge chill out permanente, con patinadoras y bicis fixie... Hemos perdido la identidad del bocata de sobrasada y la globalización sólo sabe de hamburguesas y pizzas. El progreso ya está aquí.

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