Somo, 1996
Todos los días se conmemora algo. De tal forma que, siempre es posible volver a casa haciendo un alto en el Corte Inglés o, si no hay pasta, robar algo en Pryca (por que será que cuando hay dinero se funde en el C.I. y cuando no hay plástico se va uno a birlar a Pryca -Precio y Calidad-) (igual por eso le cambiaron de nombre)...
Las días conmemorativos, más allá del interés económico general, normalmente están cargados de buenas intenciones, de propósito de enmienda y nos hacen recapacitar por un momento y renovar nuestras ganas de cambiar el mundo. Lo malo es que a la mañana siguiente despertamos con otra gran iniciativa global que nos presenta ante otro problema ineludible. Así las mujeres trabajadoras dejaron paso al lince, este al aborto, ese al calentamiento global, a la capa de ozono, a la deforestación y el amazonas, a las emisiones de CO2... y cada día, parados en el atasco, reflexionamos sobre ello, fumando un pitillo, tocando el claxón, cagándonos en la madre que le parió al ministro de turno, cambiando el canal de la radio cada vez que un extremista contradice a otro del otro bando ...
Mi cumpleaños fué el día de la mujer trabajadora... gracias a todos.
Las días conmemorativos, más allá del interés económico general, normalmente están cargados de buenas intenciones, de propósito de enmienda y nos hacen recapacitar por un momento y renovar nuestras ganas de cambiar el mundo. Lo malo es que a la mañana siguiente despertamos con otra gran iniciativa global que nos presenta ante otro problema ineludible. Así las mujeres trabajadoras dejaron paso al lince, este al aborto, ese al calentamiento global, a la capa de ozono, a la deforestación y el amazonas, a las emisiones de CO2... y cada día, parados en el atasco, reflexionamos sobre ello, fumando un pitillo, tocando el claxón, cagándonos en la madre que le parió al ministro de turno, cambiando el canal de la radio cada vez que un extremista contradice a otro del otro bando ...
Mi cumpleaños fué el día de la mujer trabajadora... gracias a todos.
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