Azenha do Mar, julio 2013
No se hacer puestas de sol, pero los tendales se me dan de puta madre. Y es que son películas bien distintas. En las puestas de sol sólo hay dos finales posibles: o se abren los cielos con un potente rayo y se oye una cavernosa voz del más allá que te recuerda que eres un mierda y que el siguiente rayo es para tí, o la chica o chico que está al lado va a dejar caer la cabeza lánguidamente y no va a quitar esa cara de lila hasta que le morrees. Pero con los tendales la historia es totalmente distinta. Ahí puedes hacerte un CSI o un Mentalista a poco curtido que estés en la jerga. Bragas o cillos con lamparones sospechosos, pantalones rotos, camisas partidas en fiesta, botones desgarrados, cuellos con huellas de labios o de pulgares apretando histéricamente, vaqueros con las braguetas desgarradas. En fin, que a poco que dejes volar la imaginación te sale una buena foto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario