Manta Rota, julio 2013
La tradición manda. Y aunque los tabloides hayan soslayado la foto oficial de la familia en Palma y Ana Obregón ya no lee ni el pregón de las fiestas de su pueblo, por no ponerse las gafas de cerca, los que todavía podemos lucir tenemos la obligación de mantener en alto la espada. Esta vez el pudor de país vecino nos ahorró el apuro de mostrar cacho. Y es una pena. Pero queda verano por delante. Aunque no sea en el norte.
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