Inca, mayo 2013
Antes, al menos, se guardaban las formas. Si la persiana se echaba abajo siempre era por una causa justificada y eso se expresaba en un cartel, convenientemente situado en lugar visible y firmado por "la dirección". Los motivos podían ser "descanso del personal", "causa familiar", "fallecimiento o defunción" (que no deben de ser lo mismo) y, rara vez, "vacaciones", en cuyo caso quedaban bien claras las fechas de cierre y reapertura del negocio.
Hoy en día los negocios echan el cierre y atrás quedan la historias de sus dueños y sus empleados, sus penurias respectivas y los diferentes dramas y tragedias personales. Raras veces comedias, que esto no es el cine, es la vida. Y, cuando, ni siquiera unos chinos han sido capaces de reconvertir la ruina ajena en bazar, la trama tiene tintes de maldición satánica que ha caido sobre la economía española como obuses lanzados por cazas alemanes y sus aliados fuera(la troika) y dentro de nuestras fronteras...
Viva el vino y su celebración de las cifras del paro de mayo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario