Arles, 2010
Los Reencontres de Arlés ya no son lo que eran. Ni la primera década del siglo XXI se parece en nada a los años 80. Ni el color de las fotos, ni el de mi bigote.
De aquellos días me he quedado con una sóla idea: seguir dando tumbos por el mundo con ella. Y con la otra (mi cámara).
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