domingo, 10 de octubre de 2010

Me lo estaba imaginando

Budapest, sep 2010

Hay películas que, aunque estén en húngaro y sin subtítulos, uno se puede imaginar el desenlace y tirar de la cuerda hacia atrás hasta componer una historia sin mucha imaginación y mucho tópico: el eterno tema de "donde tengas la olla no metas la polla"... típica historia de compañeros de trabajo, con encuentros apasionados junto a la máquina fotocopiadora que terminaron en comidas de trabajo, con pelos en la lengua, para ir llenándose de culpabilidad y reproches y finiquitarse en una disputa ágria que degenerará en alguna rencilla laboral que, si el guionista no tiene escrúpulos (y casi nunca los tiene) terminará con la salida de uno de los dos del puesto de trabajo o, cuando menos, del destino actual.

Pero mejor nos hacemos los locos y como si no entendiéramos el idioma...