Un peliculón. No es de risa, tampoco un drama. Es una historia completa. Redonda. De las que van hacia adelante y hacia atrás. Como la vida misma. De esas en las que no hay ni buenos, ni malos, sino todo lo contrario: una pila de hijos de puta. Como la vida misma.
Veinticinco años de historias y cuentas pendientes. Me suena. Y amores que duran más que la propia vida. Qué miedo. Crucemos los dedos. Ya se sabe lo de la realidad... Yo me quedo con esas miradas. Lo dicen todo.
Veinticinco años de historias y cuentas pendientes. Me suena. Y amores que duran más que la propia vida. Qué miedo. Crucemos los dedos. Ya se sabe lo de la realidad... Yo me quedo con esas miradas. Lo dicen todo.
1 comentario:
Qué bonito!
Publicar un comentario