No es un autorretrato, es algo mejor, es el fiel reflejo de mi sentimientos a la vuelta de una semanita al sol de otoño de Andalucía. Todavía más. Es, como el retrato de Dorian Grey, una imagen a la que me parezco cada vez más: barriguita cervecera, gusto por la barra bien surtida de tapitas, sonrisa imborrable y, con mi chanda' y mis tacones, arreglao pero informal... Y la nieves del tiempo que platean mi sien. Y las gafas que no me va a quedar otro remedio que dejarme puestas. En fin, que un clásico.
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