jueves, 1 de octubre de 2009

Cruda Realidad

Palma de Mallorca, agosto 2009

El sol es capaz de todo. La sed también. Y las diversas maneras de calmarla ya ni te cuento... Con ese calor, la bajada de tensión, la cerveza fresquita, el golpe de efecto y ese afán de ver lo que no es y no ver más allá de mis narices, estas sobras y estas heridas del tiempo y la humedad me transportaron a Belmez, allá por las sierras andaluzas en los años setenta, o más atrás aún, me devolvieron al Garabandal de las profundidades de Cantabria allá por los años sesenta, cuando yo apenas contaba unos meses ya se aparecían caras en muros para dar cuenta de la llegada del nuevo mesías... Los tibetanos dieron con el suyo en un pueblo remoto de la alpujarra granadina, creo. Luego el tal Lama decidió vivir su propia vida al margen de tanta deidad. Yo también quiero pasar desapercibido. Amén.

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