martes, 28 de abril de 2009

La Cantante Calva

Palamós, 1981

Hoy precisamente es su cumpleaños. Me acuerdo de lo que significó la llegada de la primera hija, primera sobrina y primera nieta de los dos primogénitos de ambas familias, ya de por sí ellos bien mimados y sobrevalorados (?) (no, mejor "encumbrados"... como sinónimo de muy queridos). Ya desde antes de nacer recibió el doble de todo: su madre, mi hermana, engordó el doble de lo recomendado en el periodo de gestación (que ya de por sí entonces era excesivo). Luego vinieron los vestidos de princesa, las muñecas tamaño natural y los dos trinas... Por no decir que el reinado le duró diez años (lo que tardó en venir una hermana).

Estamos por tanto, no ante un caso más del síndrome Peter Pan, sino ante su inventora. ¿Es culpable de no querer enfrentarse al horror de la vida de adulto?, ¿es culpable de seguir estando mimada por padres, abuelos, tíos y primos?. No, amigos, más bien al contrario, es el sujeto paciente, la víctima, de esa discriminación positiva.

Sigue siendo la que vive lejos, la que vemos de tarde en tarde. A la que no vemos crecer. Y cada vez que viene, vuelve la niña, la que saludaba a los perros de camino al cole y presumía de “cusín” con sus amiguitas... Aquella sobrina a la que nunca vi vestida de majorette, pero la imaginé padeciendo también esa dura prueba de la exhibición impúdica de la hija guapa y lista.

Feliz cumpleaños, "favorita".

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