Leo en el libro de Lorenzo Silva (El Blog del Inquisidor) que en el s.XVII la Santa Inquisición torturaba en el potro a un pobre confesor, por haber convencido a sus monjitas de que verse desnudos y tocarse no era pecado. Y, al ojear los periódicos atrasados de estos días, me topo con que Ratdzinguer (no el Zeta, el otro, el que ahora es papa y antes era inquisidor) soslayó el tema del padre Maciel, amigo del anterior papa en vida, al que se acusaba de haber llevado al potro de tortura a no pocos novicios, aplicándoles su propio cilício, aquí mismo, en Ontaneda... Ruega por nosotros, padre Rouco.
El sermón de la montaña, esos sí que eran sermones... (Andrés Calamaro)
El sermón de la montaña, esos sí que eran sermones... (Andrés Calamaro)
No hay comentarios:
Publicar un comentario