domingo, 30 de noviembre de 2008

No Standing

Manhattan, sep 2008

Estaba yo descansando de hacer el turista (me acababan de pasear como a un borrego por la terraza del Empire State Building) y no me pedía el cuerpo más avenue, ni quinta, ni octava, ni novena. Así que decidí abrasarme el cielo de la boca en un Starbucks café de una esquina conocida, de la que me pudieran recuperar más tarde los mios. En esto pensé: la verdad que para ser un país libre, como dicen en las películas, está todo lleno de prohibiciones... Y haciendo caso omiso a la de no sacar fotografías, me deleité con ese no pasar.

Para qué pagar 25 dólares por hacer un tour por Manhattan, si pasa todo por delante por el nada módico precio de un agua sucia hirviendo.

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