Noche de verano, Alentejo, 2008Mirar hacia atrás, en ocasiones, asusta. Y mirar hacia adelante, casi siempre, da miedo. Quizás por eso me gusta tanto mirar el presente... "capturarlo" dicen ahora los fotógrafos digitales. Me sigue gustando más "tomar instantáneas", que es un poco como robar momentos (casi siempre aparentemente poco decisivos) al inexorable giro del mundo (al que algunos le llaman tiempo y otros miden con un reloj).
Esto no pretende ser una reflexión carca sobre "ellos" y "ellas", sobre la "adolescencia" o la "juventud", ni tan siquiera acerca de las diferentes formas de "relacionarse", "acercarse" o "tocarse" de la especie humana. Los individuos, según sus agrupamientos culturales o étnicos, tienen unos rituales sociales que pueden ser malinterpretados si se sacan del contexto cultural y la época en que se producen (y eso que no veo los documentales de la 2). Por eso he decidido datar y acotar las coordenadas espacio temporales de las fotos.
Aquí "ellas" parece que se tocan (con diferentes partes de sus cuerpos), "ellos" no. También parece que "ellas" hablan y "ellos" no. Uno mira a cámara (no parece desafiante ni inquieto porque se le tome una fotografía), el otro parece más atento a un movil, puede que esté recibiendo un mensaje de texto o simplemente esté jugando con él. No se si estaban juntos, ni si se conocian y había alguna relación entre ellos. Y nada de lo que vemos parece darnos pie a sacar conclusiones. La imagen tiene mucho "ruido".
Me gustaría oir vuestras opiniones, ya que nadie se moja y escribe...
Olympica510+14-54
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