viernes, 28 de noviembre de 2008

Shopping

Manhattan, 2008

Yo creo que los tres me están mirando... Tiene que ver con el hedonismo y el voyeurismo. Son dos ismos que, como todos los extremeños, se tocan.

Es curioso lo voyeuristas que somos los fotógrafos. Unos más que otros, lo reconozco. Pero en la esencia de esconderse detrás de una cámara, de asomar el ojo por una mirilla, de esperar el momento mágico de la composición de la escena, del desarrollo de la acción, está esa perversión gozosa del voyeur. Y luego está el saber que el otro sabe que estás ahí, tras su pista, y que interactúa contigo. Y se contonea. Y coquetea. Y un poco posa y otro poco no quiere que seas testigo de su perversión hedonista...

En fin, yo iba a hablar de shopping en Manhattan, pero tendrá que ser otro día, porque mi psicoanalista me dice que "se acabó el tiempo".

Ella que pasa, Mario Benedetti

1 comentario:

Anónimo dijo...

Voyeurismo…
La palabra me transporta a soporíferas clases de complejos conceptos con los que Freud (ese al que leen en algunas fotos) y Lacan se dedicaban a jugar acerca de los “complejos” alrededor de los falos. Que si lo tiene, no lo tiene, me lo quiere quitar o lo deja de tener… que cansinos! Debían de tenerla pequeña.
Yo me quedo con la primera apropiación feminista de psicoanálisis de Laura Mulvey (por lo visto las feministas, a las mujeres, debemos citarlas con el nombre): la “mirada masculina”. Y es que ambos os creéis que os lo lleváis para casa (en bolsa o película) pero… el guapo a quien mira es a mí. Y cómo me gusta! Sólo espero que no tenga mucho en común con los “psico” y… que lo quiera compartir.
Por cierto, a ti… ¿qué te dijo hoy el tuyo?