Marrakech, marzo 2012
Karim y sus compañeros de la escula del barrio no creo que nunca estuvieran en Segovia, ni en las Tablas de Daimiel, ni en Holanda, tal vez escucharon cuentos ancestrales de sus antepasados, que fueron de boca en boca, de generación en generación, contando las andanzas de unos aguerridos guerreros cruzados por tierras hispanas. O simplemente les contaron sus primos residentes en Amsterdam su viaje por carretera de las últimas vacaciones.
Marrakech, marzo 2012
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