Que bonito es viajar, pero que duro. Aquella idea infantil del camionero trotamundos o del marinero aventurero han quedado, con la edad, reducidas a un montón de dolencias y soledades, frío, cansancio y sueño. Que bueno es volver. Tener un lugar al que regresar y alguien que te espere... con una cervecita o un café con leche, a poder ser.
2 comentarios:
¡Vamos! ¡Vamos! Esos ánimos. Que no se diga, regresas a casa con clima propio.
¿Será un microclima de verdad?. Yo siempre he dicho que los de Santander tenemos dos caras... Y una está mirando al viento Sur (que tantos dolores de cabeza nos trae) y otra al Nordeste (fresco y bonancible)... ¿por qué siempre le damos la espalda al Gallego, que es el que nos da la lluvia que nos pone tan "verdes"?. Gracias Gallego (y compañía)
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