lunes, 8 de abril de 2013

Incrustados en otra realidad

 Burgos, abril 2013

En el afán de ser modernos hay dos tendencias contradictorias que conviven sin problemas aparentes, en un mundo en el que todo vale si aporta valor añadido y genera plusvalías. Me refiero a la reinterpretación del espacio urbano y al gusto burgués por el "vintage". Por arte de magia una casa típica de un barrio periférico se queda incrustada en la remodelación del espacio urbano y la reinvención de una ciudad castrense y clerical en turística y cultural.


Y así, si vamos abriendo el plano, nos encontramos con la casita que ha quedado fagocitada por la deconstrucción del barrio y su metamorfosis en antesala de un Centro de Arte,


El de Burgos, en el que además, si nos damos la vuelta, vemos que hay dos fabulosas exposiciones: la de Mateo Charris con el arquitecto Larrañaga, que curiosamente habla de otra situación similar en Cartagena. Y la de mi admirado paisano Eduardo Gruber, quien sin duda ha encontrado oro sin salir de su estudio de Santander. Todo un milagro.

Burgos, abril 2013

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