Barcelona, abril 2013
Oigo un griterío al fondo y me dispongo a fotografiar a un chico lanzando a canasta. Pero apenas si he reaccionado, cuando el chancleteo de una chica cruza desenfadadamente mi visor con botas camperas. Aguanto la respiración y me sobresalta el frotaseo húmedo de un beso junto a mi erizada nuca. Apenas si me he repuesto cuando suena un azote. Al final, el click de mi obturador me devuelve a la cancha. Creo el chico también ha errado su triple...
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