La Nuez de Arriba, Abril 2013
Cuando cierra el bar de carretera es un mal síntoma. Ya no hay menú del día para camioneros, ni bocadillos de tortilla recien hecha para el viajero. Tampoco un mal café para despejar el sueño del volante. Y, lo que es peor, no hay mesa donde jugar la partida los cuatro paisanos que van quedando. Primero se desahució a la España rural, ahora se dasahucia al extrarradio urbano.
La Nuez de Arriba, N623, abril 2013
Pero los zombis no parecen dispuestos a quedarse en sus tumbas. Antes hacían cola en las oficinas del Inem o en las oficinas bancarias a primeros de mes, o a la puerta del médico de cabecera, o a la salida del colegio del barrio, o en la farmacia de guardia. Ya no hay obras a las que asomarse. Ahora, desahuciados también de esas esperas, se dirigen a las plazas públicas y a los domicilios de los políticos que les ignoran, para que se sepa que todavía existen. Y dentro de poco, como en las películas gore, comenzarán a saciar su hambre y a contagiar su pestilencia a base de mordiscos.
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