Caleta de Famara, enero 2014
Creí que era una patera. Pero ni era el lugar de la ísla un puerto de arribada de africanos, ni la época es de atracción de inmigrantes, salvo despiste. Por eso pensé que tal vez estuviera dispuesta para partir hacia las américas. O hacia las indias... Parecerá una locura, pero peor suerte corren los que viajan a las germanias. Ni conocen el idioma, ni entienden las costumbres, ni son bienvenidos. Tal vez fuera mejor montar una balsa de neumáticos y aventurarse a llegar a Miami. Igual hay suerte y los vientos bonancibles te llevan de deriba a la Española. La historia se repite.
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