Punta Mujeres, enero 2014
Tratarles como a chinos. Hacerse un chino. La culpa es del chino que está dentro de la maquinita. Y demás lugares comunes de la jocosa palabrería popular van a tener su justo castigo sin tardar. Ya son pocos los periódicos que se atreven a publicar leyendas urbanas sobre las neveras de los restaurantes chinos. Y cada día más los entendidos en arte (galeristas, coleccionistas, críticos y demás miembros del tinglado) que se inclinan ante las excelencias del arte mandarín. Y no digamos de los codazos por asistir a las recepciones de ciertos magnates a los que ni policías ni jueces consiguen hacer dormir a buen recaudo. Y la situación ha llegado a tal calado, que el principio de justicia universal ha sido tumbado por la osadía de una jueza despistada y el buen hacer del gobierno popular español, según palabras del gobierno popular chino... Viva el vino (aunque sea de arroz).
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