Teguise, enero 2014
El miedo es libre. Dice una frase hecha de las más inexáctas que conozco. Y que sólo se explica concebida por un cerebro atenazado por el miedo. Porque el miedo es una mazmorra, un lugar laberíntico y claustrofóbico construido de amenazas y desconocimiento. De incertidumbre y supersticiones. Es atábico. Está en el mismo plano que la fe. Y come del mismo plato. Sirve también para tener distraido el hambre. Y las ganas de responder. Lo custodian las mismas bestias.
Teguise, enero 2014
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