martes, 29 de mayo de 2012

El placer de mirar

Museo Guguenheim, Bilbao, mayo 2012

A veces, por mirarlos, me miran mal. Sin embargo, no sufro por ello. Más bien al contrario, disfruto mirando.

Dice David Hockney que él llegó a la conclusión, de forma temprana, que uno de los placeres de los que más disfrutaba era precisamente de ese, de mirar. Yo también.

Aunque cuando fotografiamos, o pintamos, o hacemos cine o video, la pretensión, casi siempre, pueda ser mayor. Uno se imagina como un gran observador, como un diseccionador de la realidad, más allá de las apariencias. Un pelador de cebollas que acaba con los ojos enramados y llorosos. O simplemente un adivinador de historias. No se porqué se enfadan. ¿Acaso se toman tan en serio a sí mismos?


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