martes, 21 de septiembre de 2010

Hemos perdido la cabeza

Budapest, sept 2010

"Como siempre: entresacado de arriba y largo de nuca". Esa era la retaila que yo largaba al barbero, de pequeño, no sin antes aclarar "me ha dicho mi madre que..."

Pero eso era antes de que las barberías fueran los lugares de culto de filósofos y cinéfilos, donde encontraban espacio para el erotismo y la elucubración sobre el paso lento de la vida.

Luego llegaron las mafias y su afición por el afeitado completo, en ocasiones a nivel de la yugular...

Pero, sinceramente, he tenido que llegar al Este para encontrarme a una mujer en una barbería, rapando el testuz a un jabalí de la mafia rusa. No era una coffieur francesa, ni un salón de uñas yanki. El cartel lo dice bien claro. Lo mismo serio que informal.

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