viernes, 24 de septiembre de 2010

Continentes y Contenidos III

Arlés, agosto 2010

A veces se hace de noche y nos encontramos en una calle desierta, de una ciudad lejana. Y nos paramos ante una puerta cerrada y nos preguntamos qué habrá detrás. Gente hostil u hospitalaria. Un interior abigarrado o vacío. Y no siempre el exterior es una pista fiable de lo que nos podemos encontrar. Lo que no hace sino contribuir a nuestro desasosiego ante lo ignoto.

¿acabaremos siendo el matador o la bestia torturada y sacrificada hasta la muerte para divertimento del "respetable"? ¿pero cómo saberlo si no salimos al ruedo?

No hay comentarios: