miércoles, 21 de julio de 2010

Las leyes del Azar

Port de la Selva, 2006

El juego es arriesgado. Es como la vida misma: cuando los ricos hacen inversiones de riesgo, generalmente en tiempos de crisis, casi siempre ganan y rentabilizan de forma escandalosa la pequeña parte de su capital que pusieron en juego. Sin embargo, cuando los pobres arriesgan, casi siempre el pequeño capital que pueden jugarse supone un alto porcentaje de todo su haber. Y el resultado, las más de las veces es catastrófico.

Mi padre siempre dice que apostar es de tontos o de sinvergüenzas. Si sabes que vas a ganar, malo. Y si no lo sabes, peor. La consecuencia directa es que nunca nos tocará la lotería, aunque el juega la primitiva. Se ve que en probalidades de las variaciones y permutaciones si que confía...

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