"Cuando seas padre, comerás huevos" ¿o era "te tocarás los huevos"? ¿o te los freirán los hijos? Ya no me acuerdo... De niños pensamos que de adultos seremos diferentes a nuestros padres. Incluso de adultos seguimos pensando que envejeceremos de forma diferente. Que no caeremos en sus mismas manías. Pero nos parecemos demasiado. Los genes son una carga aún más pesada y belicosa que la herencia material, que también sirve para enemistarnos con los hermanos.
A veces, cuando miro a mis hijos, no me queda otro remedio que darles la razón: no es a los hijos a los que no se comprende con el rollo ese del conflicto generacional, a los que nunca se llega a comprender es a los padres. Al fin y al cabo, a los hijos, aunque no se les entienda del todo, al menos se les tolera y consiente.
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