Regreso de Valladolid, donde he tenido un accidente y he dejado el coche en una grua, camino de algún taller concertado por el seguro. Es el tercer percance este mes y creo que voy a tener que hacer más caso de lo que dice el horóscopo del periódico y tomármelo como un aviso.
El primero fue el suicidio de un ciervo, que salto ante mi coche en un amanecer frio del Puerto de Carrales, a la salida de una curva cerrada, el haz de luz le hizo brillar los ojos un instante y no pude ni imaginarme que su decisión estaba tomada. La siguiente imagen son sus ojos desorbitados, mirandome mientras salía despedido por efecto del impacto. Allí quedó mi matrícula, yo no pude apearme para ver si se levantaba.
La segunda fué un bulto en la carretera, a la salida de un cambio de rasante, en el Páramo de Masa, una mirada rápida al retrovisor, justo cuando inicio la maniobra de esquive y no veo más que una furgoneta de reparto haciendo honor a la inscripción del espejo "images on mirrow are more near than they appear" (las imágenes del espejo están más cerca de lo que parecen). Volantazo a la derecha, esquivo el buitre, que era un buitre y sobrepaso al autónomo que estaba con los brazos levantados, dando gracias a su dios quechua por tanta generosidad.
La tercera una madre trabajadora, quizás jefecilla, con su Mercedes clase A, camino de la guardería y llegando tarde al trabajo. Hace un uso al límite del naranja-rojo y comprueba que los frenos de su Clase A no son ABS y derrapan en diagonal. Giro brusco y no puedo evitar que me impacte entre la rueda y la puerta delanteras del lado derecho. Un caos: salta el airbag, humo, olor a quemado, la loca que sale del coche en pleno cruce gritando "que llevo a un niño", en fin. Lo típico del que a continuación busca la escusa, le hecha la culpa al empedrao y concluye: yo creo que te has pasado el semáforo... ¿qué semáforo, si yo estoy en el interior de una rotonda?.
En fin, hoy me dicen que a mi coche lo declaran "siniestro total", con lo lejos que ya me queda la movida. Otro lio. ¿Qué dirá hoy mi horóscopo?
El primero fue el suicidio de un ciervo, que salto ante mi coche en un amanecer frio del Puerto de Carrales, a la salida de una curva cerrada, el haz de luz le hizo brillar los ojos un instante y no pude ni imaginarme que su decisión estaba tomada. La siguiente imagen son sus ojos desorbitados, mirandome mientras salía despedido por efecto del impacto. Allí quedó mi matrícula, yo no pude apearme para ver si se levantaba.
La segunda fué un bulto en la carretera, a la salida de un cambio de rasante, en el Páramo de Masa, una mirada rápida al retrovisor, justo cuando inicio la maniobra de esquive y no veo más que una furgoneta de reparto haciendo honor a la inscripción del espejo "images on mirrow are more near than they appear" (las imágenes del espejo están más cerca de lo que parecen). Volantazo a la derecha, esquivo el buitre, que era un buitre y sobrepaso al autónomo que estaba con los brazos levantados, dando gracias a su dios quechua por tanta generosidad.
La tercera una madre trabajadora, quizás jefecilla, con su Mercedes clase A, camino de la guardería y llegando tarde al trabajo. Hace un uso al límite del naranja-rojo y comprueba que los frenos de su Clase A no son ABS y derrapan en diagonal. Giro brusco y no puedo evitar que me impacte entre la rueda y la puerta delanteras del lado derecho. Un caos: salta el airbag, humo, olor a quemado, la loca que sale del coche en pleno cruce gritando "que llevo a un niño", en fin. Lo típico del que a continuación busca la escusa, le hecha la culpa al empedrao y concluye: yo creo que te has pasado el semáforo... ¿qué semáforo, si yo estoy en el interior de una rotonda?.
En fin, hoy me dicen que a mi coche lo declaran "siniestro total", con lo lejos que ya me queda la movida. Otro lio. ¿Qué dirá hoy mi horóscopo?
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