La capital del reino siempre tuvo un atractivo especial para los buscadores de oro. Al contrario de los colonos de América del Norte, que se desplazaban desde todos los puntos del antiguo continente a la nueva tierra prometida en busca del preciado metal, los próceres y buscavidas de la España pícara y malencarada que descubrió las Américas, se han desplazado, como mucho, a la capital del reino, en busca de arañar lo que venía de allende los mares y vivir aparentemente con el producto de sus uñas.
La historia se repite, aunque a veces los ciclos migratorios se inviertan. Lo que ocurre es que, como ya no estudiamos historia, sino simplemente la forma de hacernos ricos, pues pasa que nos la vuelven a pegar una y otra vez con el timo de los sellos, el de la estampita, el tocomocho y muchos otros que creíamos habían pasado a la historia.
Y lo que nos queda...
La historia se repite, aunque a veces los ciclos migratorios se inviertan. Lo que ocurre es que, como ya no estudiamos historia, sino simplemente la forma de hacernos ricos, pues pasa que nos la vuelven a pegar una y otra vez con el timo de los sellos, el de la estampita, el tocomocho y muchos otros que creíamos habían pasado a la historia.
Y lo que nos queda...
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