Paradojas. Madrid es un gran pueblo. Un pueblo muy grande quiero decir. Podría ser el genuino "Pueblo Español", pero ese está en Barcelona y es un trampantojo kitsch que nada tiene que ver con la realidad aglomerada, acalorada (chillona y fétida) y graciosilla que puebla la capital.
Todo español que se precie de serlo debería de viajar al extranjero. Pero no hace falta ir a la conchinchina para reconocerse diferente, me refiero a conocer Europa, la interculturalidad, la amalgama de lenguas y tipos, de colores de piel, de matices y razas, de formas de enfrentarse a la vida y a una naturaleza siempre hostil: la humana.
Pero todo nacionalista que se precie de serlo debería avandonar por un momento su bandera y conocer su tierra. Y, si se le alcanza, a sus gentes, a las que la pueblan, con raices o sin ellas, con propiedades o sin ellas, construyéndola o sobreexplotándola, actividades económicas (que no siempre productivas) que nada tiene que ver con la partida de nacimiento.
Todo español que se precie de serlo debería de viajar al extranjero. Pero no hace falta ir a la conchinchina para reconocerse diferente, me refiero a conocer Europa, la interculturalidad, la amalgama de lenguas y tipos, de colores de piel, de matices y razas, de formas de enfrentarse a la vida y a una naturaleza siempre hostil: la humana.
Pero todo nacionalista que se precie de serlo debería avandonar por un momento su bandera y conocer su tierra. Y, si se le alcanza, a sus gentes, a las que la pueblan, con raices o sin ellas, con propiedades o sin ellas, construyéndola o sobreexplotándola, actividades económicas (que no siempre productivas) que nada tiene que ver con la partida de nacimiento.
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