Dalí en el MoMA, NY 2008Sigo aprovechando que estos días no estáis ninguno para asomar la nariz y contaros un par de cosas personales: odio pagar por ver exposiciones. Casi nunca lo hago. Tengo que reconocer que alguna vez no me ha quedado otro remedio. Este no fué una de esas ocasiones, no entré.
He pagado por ver a Robert Doisneau en París, casi pago por ver a Robert Frank en Londres (al final me pude colar) y creo que alguna que otra más. Si, pagué en la Fundación Cartier-Bresson de París y otra vez por ver a Mapplethorpe en Bruxelas, aunque al final el catálogo me salió gratis... ah, si, también unas cuantas veces en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, pero eran García-Alix, Duane Michals (esta creo que fué en el Reina) o Masats... En fin, que la cultura no tiene por qué ser gratis, pero se agradece. Sobre todo cuando detrás hay fundaciones que blanquean o dignifican a grandes compañías que ya rapiñan bastante en lo suyo (leasé caixas varias, píngües botines u otras creadas al amparo del dinero público). Se les agradece, a veces y a unas más que a otras, las macro expos que se montan: memorables la de Diane Arbus en Caixa Forum en Barcelona, la de Eugene Smith en Caixa Galicia de A Coruña, algunas de Caja Madrid, etc.. Aunque sería bueno que bajaran el precio de los catálogos, ¿Qué va a ser de nosotros ahora, con la crisis financiera?
Avida Dollars
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