Tipos Mundiales, Santander, septiembre 2014
Catar los vientos, leer el mar. Los antiguos marineros no llevaban barita de mando, ni pulseras de equilibrio, o antirreumáticas o de festival ni rave al uso. Llevaban la vista en el orizonte y el oído y el olfato en las olas y los vientos. Por eso podían anticipar la adversidad y prepararse para recibirla. Cuando lo que flota sobre el espejo de las aguas no es más que aceite de motor... malo.
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