Chipiona, octubre 2013
Ayer tomé el último café del final de la mañana con Luis Otí en el Bar El Sol. La pareja que lo regentaba en esta última etapa, quizás la mejor de las que yo recuerdo de este mítico barón de Santander, tampoco ha podido aguantar la crisis. Y no ha sido por falta de parroquianos fieles a su liturgia diaria de licores y cafés. Ni por intoxicación de sus tapas o raciones. Ha sido el mordisco de este nuevo resurgir económico que cacareó el ministro Montoro el otro día a sus acólitos. Será que vuelven a recibir sobres, porque los de a pie lo único que recibimos son ostias. Pero como sólo protestamos los de siempre... pues han llegado a la conclusión de que a la mayoría les gusta. Viva el vino.
Chipiona, octubre 2013
No hay comentarios:
Publicar un comentario