Chipiona, octubre 2013
"Usted no lo sabe, pero depende de ellos. Usted no los conoce ni se los cruzará en su vida, pero esos hijos de la gran puta tienen en las manos, en la agenda electrónica, en la tecla intro del computador, su futuro y el de sus hijos." Así empezaba un artículo de Arturo Pérez-Reverte, del año 1998, titulado "Los Amos del Mundo", que ha resultado ser una premonición redonda de lo que nos ha sucedido.
Cuando el domingo pasado vi la entrevista que le hacía Jordi Évole cambié radicalmente la imagen que le tenía asignada de prepotente y brabucón, de personaje de sus novelas, de sabiondo de derechas. Y me tuve que quitar el sombrero y, de paso, algunos prejuicios sobre el autor de la novela "La tabla de Flandes", que tanto me enganchó a sus novelas durante un tiempo. Hasta que el volumen de sus páginas superó al de mi paciencia. Pero este artículo es demoledor. Esos "hijos de la gran puta" de los que él habla existen. Están ahí fuera. En la carcel sólo están sus comparsas. Y no nos libra de su sombra ni el cuponazo. Sobre todo si te lo capta un banco o una caja... de sorpresas preferentes.
Chipiona, octubre 2013
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