Pollença, mayo 2013
Veo una zona de vacaciones desolada. No se muy bien si en una situación de desalojo de la población por amenaza de catástrofe o después del paso del fenómeno económico que la ha arrasado, dejando un esperpento que en nada se parece a aquel paisaje natural idílico que arrebató a Anglada Camarasa, hasta el punto de hacerle fijar en aquel punto su destino.
Pollença, mayo 2013
Ayer era el último capítulo de la temporada de la serie televisiva que se ha convertido, hasta el momento, en la única ventana para entender el tardo franquismo y la transición para muchos de los que no lo vivieron en primera persona. Y para constatar, aquellos que lo sufrimos en nuestras propias carnes, que hay cosas que es mejor que no vuelvan, ni edulcoradas por el tecnicolor y la banda sonora de la movida. Sin embargo, la serie se despide. Y yo me pregunto si el continuará no será la propia realidad rancia, gris y casposa que está contaminandolo todo, hasta el punto de hacernos coger de nuevo la maleta de cartón atada con cordeles.
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