Ibiza, julio 2012
Desde que Anita Obregón ha tirado la toalla y no hace la apertura oficial del verano marbellí en triquini, la farándula patria ha quedado huérfana y tendrá que salir la mismísima Carmen Lomana embalsamada si antes no lo evitamos algún voluntario plebeyo. Y no es que su figura delate tan solo la edad, algo que por otra parte sería natural, aunque extraordinario; lo peor es que delatan la falta de "cash" para ir al supermercado. Algo que ha llevado a exhibirse hasta el bochorno nacional a la mismísima nietísima del antiguo régimen. Aquel régimen de barrigas orondas, tanto por engullir como por premiadas paridoras.
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