Cala Mastella, Ibiza, julio 2012
El bigotes es el chiringuito que se oculta a la izquierda de la foto. El dueño, sin embargo, siempre se sienta a la derecha de la escena. Yo nunca me he dado la bigotada en sus fogones. No por falta de hambre, sino por exceso de prejuicios. Esos que me han privado de tantas cosas y me mantienen firme en tantas otras. No obstante, el haberme afeitado los bigotes esos días impidió que me los atusara cual gato al acecho de la raspa que está a punto de desperdiciar el turista. La hora de la siesta hizo el resto.
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