jueves, 1 de marzo de 2012

Dejar volar la imaginación

Melenara, enero 2012

Cierro los ojos y me transporto al lugar dónde me gustaría estar. Hay que tomar un avión. Se toma rumbo al Sur. Hace sol, calentito, ni demasiado rabioso, ni cobarde. Huele bien. A comida recién hecha y rica. También a te a la menta. Y a dulces. No se ve el mar, pero se siente la marea humana, aunque no se entienda. Me doy la vuelta y la rodeo con el brazo. Ya falta poco.

No hay comentarios: