Marrakech, marzo 2012
Siempre hay alguien esperando por lo nuestro... unas veces pacientemente, aguardando a que desechemos las sobras. Y otras al acecho, esperando un despiste para saltar sobre lo nuestro y arrebatarnoslo.
Y lo malo, lo que de verdad cabrea, es que te quiten lo que no te sobraba. Eso te roba hasta la sonrisa. Como cuando te arrebatan las fábricas, o los derechos laborales, o la sanidad y la enseñanza pública, cuando lo que te llevan al descuido es tu estado del bienestar...
Ya lo dice Karmelo C. Iribarren en su poema, del que he tomado el título de esta entrada:
Ándate con cuidado,
que no se entere nadie
de que lo pasas bien,
que tu vida funciona
y eres feliz a ratos.
Hay gente que es capaz
de cualquier cosa,
cuando ve una sonrisa.
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