martes, 16 de noviembre de 2010

Tiempo de barrizal

Balatonfüred, octubre 2010

Estabamos comprobando si al día siguiente se podría vendimiar con mimo esa uva tosca y de piel curtida, con cuyo caldo poder hacer un "froch" para brindar con risas picantes, de burbujas y paprica. Nadie se imaginaba que hoy todo iba a estar sitiado por un barro tóxico que arrancará la vida a esas longevas cepas, con la misma violencia de una guerra o un pelotón de fusilamiento.

Cuando vemos los telediarios y nos hablan de catástrofes y de congresos mundiales de metereólogos y/o de cumbres mundiales de científicos para hablar de sostenibilidad y de emisiones de CO2 o de residuos tóxicos, lo único que se nos ocurre es remitir la cosa a un primo que sabe de esto o dejar que opine un sabio de solarium, musculado y con gomina.

¿Eran eso las economías de escala? (perdonar mi ignorancia)

No hay comentarios: