martes, 25 de agosto de 2009

Todo lo bueno se acaba...

Soller, agosto 2009

Me refiero a la infancia, no tanto a las vacaciones estivales, sino a ese estado continuado de felicidad, de protección familiar, de "pedid y se os dará" (por desgracia).

En fin, que el lunes vuelvo a la rutina. ¿con las pilas cargadas?. Más bien con el simbolito parpadeando, con ese aviso de síndrome de cielos grises y aguas gélidas, como sus gentes...

El Mediterraneo quiere que me quede y las ensaimadas también, aunque mi ropa me dice que vuelva a rebuscar en las rebajas, aunque mi cartera ya no admite más facturas y los plásticos se han derretido. Es lo que tiene el calor. Que baja la tensión y desabrocha todas las ataduras.

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