viernes, 11 de octubre de 2013
Órsay
Cabo Sardao, julio 2013
Mi padre corría la banda en campos parecidos a este. Cuando España entera era un campo parecido a este. Devastado, yermo, anegado de lágrimas y pisoteado por botas militares que habían ganado una contienda cuerpo a cuerpo. Con la consigna del mismísimo Atila. Y la sensación que me trasmiten estas líneas de cal viva es la de estar fuera de juego y la imposibilidad de afrontar el tiro certero entre los tres palos, porque no hemos sido convocados a este juego. Esa es la sensación que me da el panorama político de nuestra región, Cantabria. El otro día un comisario independiente me invitaba a participar en un proyecto que ya antes de nacer era vetado por el director general de turno. La pataleta que me dio sólo es comparable a las que me daban cuando, siendo defensa lateral izquierdo, me mostraban tarjeta sin razón.
Cabo Sardao, julio 2013
Muchas gracias por haberme tenido en cuenta para esta propuesta de artistas “libres” de Cantabria. La situación no es otra que la esperada, en una región que vive el sueño de una noche de verano, de un tal magnate local que dicta en voz alta sus delirios a politiquillos mediocres que corren raudos a poner alfombras legislativas y presupuestarias a la voz de su amo. Y así nos luce el pelo. Pasamos del desierto cultural a pretender ser capital cultural europea o a aspirar a la guerra de las galaxias con “anillos” museísticos planetarios. Por cierto, el primer “ovni” ya ha posado su desproporcionado esqueleto sobre la bahía.
Lo dicho, muchas gracias y a seguir con nuestros pequeños proyectos de “resistencia”.
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